martes, 13 de abril de 2010

El Santo Patrón...Emocional




Estos días, ni leo, ni escribo, ni existo, estoy como si no, me pasan los días por encima, mientras mis neuronas están en un congreso de tupper con mis gónadas, un auténtico berenjenal, oigan.

Así que me decidí a buscar el porqué de tanta desconexión y apatía, y recurrí (como todos) al gran hermano informático, el Sr. Google.
¡ Cuál no fe mi sorpresa al saber que durante años he estado inmersa en la confusión y el más craso de los errores!

Yo mísera de mi, infelice, pensaba, como la mayoría, que este estado de letargo absurdo y tristón, venía de la mano de la estimada primavera. Y fíjate tú por donde que no.

El Santo Patrón Emocional, es decir que la primavera nos entristece a la par que nos altera el flujo sanguíneo, es una…según los estudiosos en la materia…una falacia (palabreja que no viene del griego φαλλός, transliterado phallós, fallós, -explicación para aquellos que como yo pensaban que la estación nos alteraba la hemoglobina- si no del latín falax, fallacis “engañoso”).
Si es que me pierdo con tanta etimología.

Volviendo al lío, nuestra tristeza, astenia o apatía, no es fruto del clima, ni del polen, ni de los desmanes climatológicos varios que tenemos.
No!
Según el psiquiatra riojano Vicente Serrano, se deben a “los estresantes psicosociales, como el trabajo, las expectativas, problemas con la familia…” que digo yo, Don Vicente, ¿ ser tan preclaro le viene por la DO de los caldos de su tierra?

Vamos que todos teníamos la sensación que mal de muchos… que ya intuíamos que era una especie de mito urbano, como la chica de la curva, pero era un mito que abría la veda a la desnudez emocional, un mito que nos permitía expresar en voz alta nuestra desesperanza y natural desequilibrio emocional, sin tener que rasgarnos las vestiduras.
Un mito, una creencia, que nos resguardaba de reconocer abiertamente la locura de nuestra especie y nos mantenía a una distancia prudencial del especialista del seguro.

Es más fácil y económico, donde vas a para, echarnos unas birras al gaznate entre amigos, lamentándonos de la maldita primavera, que declarar abiertamente que te tienen hasta los mismísimos “los estresantes-psicosociales” (a ver quien es el guapo que con tres pintas de cerveza puede decir la palabreja sin que le tiemble la voz, ni se le escurra la baba?).

Pues eso, que he decidido empezar una cruz de mayo al Santo Patrón Estacional, mal que le pese a Don Vicente y a todo el colegio de Psicólogos y Psiquiatras de aquí a Lima.

Que yo soy muy mía con mis Santos!

Además, los estresantes esos, ya nos dan por el saco todo el año, no vamos a darles más protagonismo... que están muy subiditos últimamente.